Cadena del Interior

sábado 27 julio, 2024

Villa Mercedes despide al último prócer de la tonada

El sábado -en el día del cantor argentino-, apenas conocida la noticia de su muerte, las condolencias llegaron de todo el país folclórico que siempre reconoció la figura insignia de “El Sapo”. Es conocido que grandes nombres de la música popular argentina como el recordado Juanjo Domínguez y el gran Luis Salinas -dos héroes de la guitarra- no terminaban sus visitas en Villa Mercedes sin pasar por la casa de Ávila.os restos del fundador de “El trébol mercedino” fueron velados en el Boliche Don Miranda.

Es que la vivienda del notable músico es un reservorio de tonadas, cuecas y canciones trasnochadas que fueron armando un repertorio único en la provincia. Como buen cuyano, “El Sapo” era un anfitrión amable, incansable contador de anécdotas, cantor de farras aún cuando la salud empezó a quebrarse, trasnochador eterno, en los últimos años acompañado por Rita Vargas, su inseparable esposa.

Ambos se sentaban en la primera fila en la Fiesta Nacional de la Calle Angosta y recibían todo el amor de un pueblo que reconoce a sus músicos. Lo mismo pasaba cada vez que iban al Boliche Don Miranda, suerte de segunda casa de “El Sapo”, donde el músico era el primero en pagar el cogollo que le dedicaban desde el escenario. Tiene toda la lógica villamercedina que el velorio de Ávila se celebre en la mítica fonda de la Calle Angosta.

Por allí pasaron este sábado a partir de la tarde amigos, seguidores, músicos y villamercedinos con sentido de pertenencia que le dieron el adiós definitivo a un hombre que, con sus obras, surcó la historia de su pueblo. El velatorio fue hasta las 11 de este domigo.

En diciembre de 2015, “El Sapo” atravesó el dolor más inmerecido de todos. Su hijo, que se llamaba Raúl como él (aunque lo conocían por Aldo, su segundo nombre) y al que le decían “El Sapo” (en realidad “El Sapito”, en un diminutivo lógico) como él, falleció de un ataque cardíaco. El descendiente había retomado la senda de “El trébol mercedino”, en gran parte para mantener viva una llama potente y paternal.

Ese golpe apagó de a poco la luz de Raúl Tránsito, quien sin embargo nunca dejó de iluminar con su presencia recitales, peñas, festivales y conciertos donde la música cuyana fuera protagonista.

Hace una semana Raúl fue internado en el sanatorio Mitre de Villa Mercedes por una serie de complicaciones, la principal coronaria. Lo pasaron a terapia intensiva porque nunca lo pudieron estabilizar de la presión y además tenía un edema pulmonar. Testarudo como era, hubiera querido seguir viviendo un poco más, hubiera querido pagar un cogollo más, tomar un vino más, acariciar una guitarra una vez más, escuchar una tonada más, sentarse en el boliche Don Miranda una vez más.