Varios de los despedidos por el Gobierno provincial se desempeñaban en la Maternidad “Dra. Teresita Baigorria”.
Irritante, indignante, apabullante. Así es el terrible ajuste que Claudio Poggi, con la complicidad de su ministra, Claudia Spagnuolo, arremete contra la salud pública. Ya no hay forma de tapar los intereses mezquinos, está claro que el objetivo es quebrar todo lo que tiene olor a sanidad. Esta vez, se conoció la desvinculación de otros 7 profesionales; varios eran de la Maternidad “Dra. Teresita Baigorria”. El contexto es desolador y los únicos perjudicados son los habitantes de la provincia.
De acuerdo al Decreto 6369, se trata de médicos que se desempeñaban en diferentes espacios, todos de un valor muy importante para la prestación de los servicios sanitarios. Cada caso es una situación absolutamente rechazable, pero lo que causó bronca y dolor es que entre los especialistas que quedaron sin trabajo se encuentra una reconocida cardióloga, quien tiene un hijo con síndrome de down. Ella era el sostén de su familia.
Pero no solo quedaron fuera los médicos, también técnicos, otros profesionales de la salud y enfermeros.
En líneas generales, el personal al que no se le renuevan los contratos tiene 5 años de antigüedad. En los pasillos de los nosocomios se habla de algunos funcionarios que calculan la falta de 50 médicos en el interior, pero los que saben de la materia advierten que esa cifra se queda corta en comparación a los datos reales.
Por otra parte, se habría generado un escenario oscuro de la mano de Jorge Aostri, quien había renunciado (en medio de un escándalo y señalamientos por mal desempeño) a su cargo en RR.HH. en el Hospital Central y quien ahora ocupa una función en la misma área, pero del Ministerio de Salud. De acuerdo a distintas fuentes, el referente obliga a los médicos a cubrir guardias y que vean a todos (niñas, niños, embarazadas y adultos), cuando no es la especialidad.