El Gran Premio de Las Vegas es la tercera ronda de este año que se celebra en Estados Unidos, después de Miami y Austin. Tras el circuito de Spa-Francorchamps, que mide 7.004 kilómetros, el trazado de Nevada es el segundo más largo del calendario, con 6.201 kilómetros. Cuenta con 17 curvas que se recorrerán más de 50 veces durante la carrera. Es un circuito de alta velocidad, con tres rectas y velocidades máximas que el año pasado alcanzaron los 350 km/h, ofreciendo varias oportunidades de adelantamiento, especialmente en la curva 14.
Este año, la acción en pista comienza nuevamente el jueves con dos sesiones de entrenamientos libres, dando inicio al evento que culminará con la carrera el sábado por la noche, completamente iluminada por focos. Hay otros eventos que también se realizan de noche, como Bahréin, Arabia Saudita, Singapur, Qatar y Abu Dabi, pero ninguno experimenta una caída de temperatura tan pronunciada entre el día y la noche como el de este fin de semana. Esto se debe a la ubicación de la ciudad en el desierto de Mojave, mientras que los otros cuatro circuitos están cerca del mar. Además, la fecha de noviembre descarta el clima más típico de primavera o verano que se disfruta en la mayoría de los Grandes Premios. Por lo tanto, es muy probable que los autos corran con temperaturas ambientales de alrededor de 10 °C, con temperaturas de pista bastante similares.
Como es habitual en los circuitos urbanos, Pirelli ha seleccionado los tres compuestos más blandos para la carrera: el C3 como duro, el C4 como medio y el C5 como blando, tal como ocurrió en 2023. El principal desafío con los neumáticos será su calentamiento, especialmente durante la clasificación y, en particular, para el eje delantero. Los pilotos deberán tener cuidado al llevar los neumáticos a la temperatura adecuada sin sobrecargarlos, evitando bloqueos en las zonas de frenado más intensas, especialmente al final de las rectas más largas, donde la temperatura superficial de los neumáticos disminuye aún más. Además, las bajas temperaturas reducen la adherencia, lo que puede aumentar el graining. Estos factores podrían acelerar el desgaste, lo que sugiere que una estrategia de dos paradas podría ser la más efectiva, como ocurrió el año pasado. Sin embargo, una estrategia de una sola parada también puede ser competitiva si el piloto calienta los neumáticos gradualmente, prolongando su vida útil en un tramo largo. Debido a la dificultad para calentar los neumáticos, realizar una parada temprana para intentar ganar posiciones con un undercut no es muy eficiente. De hecho, sobre el papel, optar por un stint más largo es una mejor elección.