La posibilidad de que el economista sea presidente divide aguas en la discusión de campaña del oficialismo y la oposición. La búsqueda de ex funcionarios macristas. El sincericidio de Omar Perotti que atraviesa al PJ.
“Mauricio tiene plan A, que es Patricia (Bullrich), pero también tiene plan B, y es (Javier) Milei”. Mauricio es Macri y la frase le pertenece a un ex funcionario del gobierno de Cambiemos que sigue muy cerca del ex presidente y que revela su doble juego frente al creciente fenómeno en torno al candidato libertario que shockeó al sistema político y que instaló un nuevo debate en los campamentos de Unión por la Patria y de Juntos por el Cambio: ya no se trata de cómo frenar a Milei, si no de qué hacer si gana las elecciones.
Las dificultades de Bullrich para remontar la magra performance de las PASO y las serias chances de que el candidato de La Libertad Avanza llegue a la Presidencia desinflaron el poco entusiasmo que todavía quedaba en Juntos por el Cambio. “Es una campaña dificilísima”, reconoció un estratega del PRO. Colaboradores de Horacio Rodríguez Larreta aseguraron a este medio que, por ahora, la candidata absorbería solo “el 50% de los votos” que el jefe de Gobierno recogió el 13 de agosto, y que el ausentismo de las primarias que históricamente benefició a JxC en las generales esta vez podría no ser rentable para Bullrich: “La tipología de esos votantes ahora está mucho más repartida que otras veces”.
En ese contexto, en el búnker de la ex ministra terminaban en estos días de recopilar y analizar el resultado de la batería de focus groups encargados estas semanas mientras se comenzaron a instalar con fuerza los trascendidos sobre el sondeo que colaboradores de Milei empezaron a realizar en la dirigencia opositora. En particular, en el seno macrista, una búsqueda alimentada por los coqueteos entre Macri y el candidato que prendieron una luz de alerta en el bullrichismo. No son pocos los que creen que, a pesar de la desmentida pública, el economista tenía algún guiño cuando promocionó al ex presidente como su “representante ante el mundo”.
“No hay ninguna posibilidad de que yo forme parte de ese gobierno. Pero sí tendría a disposición todos nuestros planes y cualquier consejo que quieran recibir”, respondió a este medio un ex ministro del PRO que tuvo un altísimo perfil durante la gestión del ex presidente y que sonó estos días como posible integrante de un eventual gobierno libertario.
En ese sentido, en usinas de LLA circuló que ex funcionarios de la AFIP de Macri acercaron a referentes libertarios su plan para el organismo recaudador. Hubo, según circuló, otros casos.
Por el contrario, los encuentros que el ex ministro Jorge Triaca -otra vez en muy buena sintonía con Macri- animó estos meses en el quincho de su casa de San Isidro con dirigentes del PRO, una especie de casting que ofrecía a Bullrich y Rodríguez Larreta para un eventual gabinete, se pausaron después de las PASO.
Nicolás Posse es quien concentra buena parte de la información. Está al frente de la ambiciosa reforma del Estado que el candidato pretende implementar si llega a la Presidencia. Milei, según trasciende, está abocado casi exclusivamente al estudio de su plan económico.
Ahora, todos quieren saber qué piensa y qué hará si llega a la Casa Rosada. El círculo rojo político, empresario, sindical y judicial explora contactos de todo tipo para llegar al economista. Su soberbia y sorpresiva performance de las PASO está cerca de provocar un reseteo completo del sistema.
“Me llaman todos”, resaltó un reconocido penalista que integra las listas de LLA y que conoce innumerables jueces y fiscales, muchos de ellos de los tribunales de Comodoro Py. Al banquero Juan Napoli, precandidato a senador, también le llueven llamados y pedidos. Pasa también en el sindicalismo, y en todos los sectores: Infobae reveló este sábado el encuentro secreto entre Milei y Gerardo Martínez, de la UOCRA.
“Milei generó expectativa, la gente creyó lo que les vendió. ¿Qué va a pasar, si llega, cuando a los 10 días de asumir no pueda cumplir con ninguna de esas promesas?”, se preguntó ante este medio un altísimo funcionario, y candidato, del riñón de Sergio Massa. “¿Cómo va a hacer para dolarizar?”, insistió. Bullrich ya lo había insinuado, con otras palabras, en la arenga de hace más de una semana frente a un nutrido grupo de dirigentes opositores: “No le regalemos el poder a nadie para que esté dos meses y que regrese el peronismo, no seamos boludos”.
En el seno del peronismo el debate en torno a qué hacer frente al posible triunfo de Milei divide aguas. ¿Puede el peronismo colaborar con el economista o, por el contrario, esperaría agazapado un estallido social en poco tiempo si el candidato llega a la Casa Rosada para volver al poder, como planteó Bullrich puertas adentro?
En las provincias, y en numerosos municipios del Gran Buenos Aires, se instrumentaron acuerdos que quedaron plasmados en los cierres de listas y que provocaron todo tipo de suspicacias. Muchos de ellos, propiciados por altos dirigentes del peronismo. Operadores del oficialismo insinuaron incluso a Infobae que la elección en provincias del interior del país decididamente peronistas pueden llegar a desnudar en octubre la letra chica de esos acuerdos.
Massa busca evitarlo. El traspié por el anuncio del pago de una suma fija para trabajadores estatales y privados que rechazaron hasta los gobernadores del PJ podría zanjarse a fines de la semana próxima, cuando el ministro se encuentre con los jefes provinciales, posiblemente en Tucumán. Juan Manzur pidió sumarse a la campaña que administra el candidato presidencial y que hasta ahora no despertó mayores entusiasmos: el kirchnerismo se desentendió del proceso, Cristina y Máximo Kirchner acompañan en silencio, los intendentes del Gran Buenos Aires alambraron sus distritos y el rol de Eduardo “Wado” de Pedro es una incógnita.
En ese esquema de poder, Massa aspira a llegar al balotaje para disputar mano a mano con Milei y quedarse, eventualmente, con una de las jefaturas del peronismo, como le anticipó en su momento a la ex presidenta durante la reconciliación. El papel del ministro frente a una hipotética presidencia del economista adquiriría cierto protagonismo. A propósito: ¿se iniciaron en las últimas semanas discretas negociaciones entre dirigentes cercanísimos al candidato y a Rodríguez Larreta? El jefe de Gobierno porteño es muy pesimista respecto del desempeño de Bullrich en las elecciones de octubre.
Qué hacer frente a Milei implicaría para la oposición la chance concreta de que se quiebre la coalición fundada en vísperas del 2015 entre el PRO, el radicalismo y la Coalición Cívica. Macri está dispuesto a colaborar si en un hipotético balotaje entre el libertario y Massa se inclina públicamente por el economista. Su plan B.
Pero hubo un dirigente que se adelantó al ex presidente: Omar Perotti, que en un acto de sincericidio anticipó esta semana que, en un balotaje entre Milei y Bullrich, votaría por el diputado de LLA. “Si esa es la opción, yo voto a Milei”, dijo, no una vez, si no varias. Perotti es el gobernador del PJ de Santa Fe, uno de los principales distritos del país, y su declaración apuntó además a tratar de captar el voto libertario en su campaña a legislador provincial que dirime con la socialista Clara García.
Los dichos del mandatario interpelaron al peronismo. Resaltó lo que buena parte del PJ y el kirchnerismo piensa pero nadie se atreve a decir en público. Incluida, según fuentes del Senado, la propia Cristina Kirchner.