En ese tiempo, el médico Pérez Araña fue denunciado seis veces por la mujer, la actual pareja de ella y sus familiares. Detenido por violar una restricción de acercamiento, se abstuvo de declarar.
Hace casi tres años, Enrique Pérez Araña, un conocido médico de Villa Mercedes, supo lo que es ser investigado por la Justicia. Pero el estar imputado por delitos penales que, de comprobarse, podrían haber significado el fin de su carrera, de su libertad, en definitiva de la vida que conoce, no sirvió de escarmiento. Al contrario, el hombre continuó con las amenazas y el hostigamiento, por la vía que fuera, a su expareja y madre de su hijo. Y todo empeoró hace tres semanas, luego de que el reumatólogo se enterara de que la mujer intentaba rehacer su vida con otro hombre. A partir de ese momento el médico habría pasado de las amenazas a los hechos no solo contra su ex, sino también contra el actual novio de ella y hasta con la familia de él. En ese tiempo les envió al menos 60 mensajes en los que les anunciaba cómo pensaba torturarlos y, eventualmente, hacerlos desaparecer.
Ayer, a media mañana, Pérez Araña, quien está detenido desde la tarde del martes por violar la restricción de acercamiento que le impusieron a causa de tres de las seis denuncias por amenazas que le hicieron este mes, fue indagado por la jueza María Antonela Panero Magnano. Aconsejado por su abogado, Lucio Pereira, el imputado por “Desobediencia de una orden judicial” se abstuvo de declarar ante la magistrada y solicitó una prórroga del arresto de siete días.
Eso último significa que el hombre de 60 años permanecerá detenido en una comisaría de Villa Mercedes una semana, que es el tiempo que tiene la jueza Contravencional y Correccional 2 para resolver si lo procesa o no por violar la orden judicial. Jorge Vinuesa, el abogado de la expareja del médico, está prácticamente seguro de que Pérez Araña no recuperará la libertad.
Lo sostiene porque el reumatólogo violó en reiteradas oportunidades la orden que le impedía no solo arrimarse a la mujer y a su actual pareja, sino también tener cualquier contacto por medios tecnológicos. “Es un delito excarcelable y, en el caso de ser procesado, no deberían darle la prisión domiciliaria, a la cual me acabo de oponer”, comentó.
Pérez Araña, además, cuenta con un antecedente de 2018. En aquel tiempo, cuando era investigado por amenazar a su hijastra, hija de su ex, la mujer lo denunció también por una situación de abuso hacia su propio hijo, el que tienen en común. Debido a la gravedad del delito, la causa fue girada de un Juzgado de Familia a uno Penal.
“Hubo un allanamiento. Al hombre le secuestraron los teléfonos y las computadoras, todo, pero no pudieron determinar nada”, aclaró Vinuesa. Por eso, porque no hallaron pruebas en su contra, el juez le dictó en esa oportunidad la falta de mérito, lo que no significa que haya quedado totalmente desvinculado de la causa, puesto que hasta hoy no ha sido sobreseído. También le ordenó, entre otras medidas, que se sometiera a un tratamiento psicológico y psiquiátrico. Esto último “obviamente tampoco lo cumplió”, aseveró Vinuesa.
En los años siguientes, el médico no dejó de intimidar y molestar a la mujer. Iba a su casa y le daba patadas a la puerta, le pinchaba las ruedas del auto y, a causa de esa constante persecución, la víctima perdió dos trabajos, señaló su abogado.
Consideró que en ese período, pese a las permanentes amenazas, la causa penal no avanzó porque la abogada de la mujer no la acompañó del todo. Hasta que hace cuatro meses, la damnificada trató de rehacer su vida sentimental con un compañero de trabajo de la Cooperativa de Electricidad. Pero cuando Pérez Araña se enteró de eso, todo empeoró. Sostienen que el reumatólogo violó en reiteradas oportunidades la orden que le impedía no solo arrimarse a la mujer y a su actual pareja, sino también tener cualquier contacto por medios tecnológicos.
Desde el 6 de enero, según Vinuesa, el médico le envió alrededor de 60 mensajes. “Son agraviantes, contra la mujer. Imposibles de escuchar y son constantes, a la madrugada, a la tarde, la noche”, refirió. En los mensajes le decía que la iba a torturar con el sistema que utiliza la Policía de Cuba, de donde es él, y que luego la iba “a hacer desaparecer”. También le hacía ver que la vigilaba a ella y a su novio todo el tiempo. Le decía que conocía el color y la patente de su auto y que sabía dónde había estado el día anterior y cosas por el estilo.
Por esas amenazas, el juez Contravencional y Correccional 1, Santiago Ortiz, le impuso una restricción de acercamiento, que, por lo visto, no acató.
A los pocos días averiguó dónde vive la madre del novio de su ex. No le fue difícil porque, como especialista que atiende por la mutual PAMI, también resultó ser el médico de cabecera de la mamá del hombre. Con esos datos “se metió en su domicilio, agarró del cuello a la pareja de la madre del hombre, un hombre de unos 80 años, mientras le decía ‘te voy a matar a vos, a tu hijo, a todos’ y hasta a la hija de la actual pareja de su ex”, aseguró el abogado.
El martes, a la tarde, a horas de “haberle tirado el auto encima” a la mujer, Pérez Araña fue hasta el lugar de trabajo de su ex. “Se metió al local, saltó el mostrador, se fue hasta el área administrativa. Alcanzó a darle una trompada a la pareja de mi clienta y lo agarró del cuello”, contó Vinuesa. Ni siquiera le dio tiempo a la mujer de activar el botón antipánico, pero por fortuna cinco de sus compañeros lograron reducirlo y lo mantuvieron en el piso hasta que llegaron los policías de la Comisaría 9ª.