Apartir de mañana se espera que se aplique el quinto y último aumento de precios del año para las naftas y el gasoil, ya que el Gobierno actualizó el impuesto a los combustibles y esa variable tiene un impacto de 1% en los valores en el surtidor. Las empresas refinadoras podrían aplicar además un aumento superior para compensar el impacto de la devaluación del peso, que desde el último alza de precios se incrementó 2,6% (el tipo de cambio mayorista pasó de $80,36 a $82,47).
La decisión principal está concentrada en YPF, que es la empresa líder del mercado, con el abastecimiento del 55% de los despachos de nafta y gasoil. En la última conferencia con inversores, el CEO de la petrolera con control estatal, Sergio Affronti, dijo que el objetivo de la empresa es mantener los precios de los combustibles constantes en dólares.
Si bien a comienzos de este año, el Gobierno fue reticente a permitir las actualizaciones de los precios de los combustibles, desde el segundo semestre habilitó a que se aplicaran aumentos mensuales. En realidad, el mercado de combustibles no está regulado -como sí sucede con las tarifas de gas y de electricidad-, pero todos los gobiernos inciden en la política de precios a través de YPF.
Desde agosto, las empresas aplicaron cuatro incrementos y acumularon una suba de 14,8% promedio país y de 19,3% en la Ciudad de Buenos Aires (CABA). El último incremento se produjo el 23 de noviembre y fue de 2,5% promedio país.
A comienzos de este mes se debía aplicar una suba del impuesto a los combustibles, que la Secretaría de Energía dividió en dos y pospuso una parte para mañana (la relacionada con la inflación acumulada en el segundo trimestre del año) y otra para el 15 de enero, correspondiente al aumento en base a la inflación del tercer trimestre.
A pesar de la mayor movilidad por el aflojamiento de la cuarentena, el consumo de combustibles todavía sigue alrededor de 20% debajo de la demanda pre-pandemia. En el sector de estaciones de servicios hablan de una “nueva normalidad” con una circulación más reducida, producto del home office y de las escuelas cerradas, lo que pone en peligro “la supervivencia de muchas estaciones de servicio que hoy operan a pérdida”, según dijeron en la Confederación de Entidades del Comercio de Hidrocarburos (Cecha).
“Somos optimistas y deseamos la recuperación de toda la economía, pero si bien me gustaría venir con mejores noticias, en cuanto a números, la situación sigue igual. Hay una recuperación muy lenta, que está lejos de los niveles pre-pandemia. La gente sigue haciendo home office, no llevan a los chicos al colegio, se sale menos a cenar. Eso impacta”, sostuvo Gabriel Bornoroni, presidente de Cecha.