Luego de nueve meses, el predio recibió a los visitantes bajo algunos protocolos. Deben hacer refacciones.
La temporada estival ya se vive a pleno en Villa Mercedes, pese a las condiciones sanitarias que obligan a estar alerta. Y paradójicamente, en el año del encierro y el aislamiento, las opciones para salir a tomar aire puro y refrescarse se multiplican en la ciudad (Ver “Reinauguran Los Filtros”). Y los Espejos de Agua, uno de los lugares favoritos de los mercedinos, reabrieron sus puertas para apaciguar el calor de los vecinos y los de turistas que puedan llegar durante los próximos meses.
Formalmente, el predio volvió a estar disponible para el público el miércoles, en la misma semana en que fueron habilitados el resto de los parques provinciales, y desde ese día empezaron a llegar visitantes. Pero fue ayer cuando el número de personas se hizo más grande, a pesar de que el clima mezcló un sol abrasador con una brisa un poco fresca.
“Es bueno poder salir a distraerse un poco de esta pandemia, sobre todo para los más pequeños porque estaban todas cerradas las plazas. Acá no veo mucho riesgo de contagios, porque no hay amontonamiento ni nada”, opinó Melisa Mora, una mujer que aprovechó la tarde con su hijo y su hermana.
Mientras que Johana Dorato, otra vecina, coincidió en la necesidad de estar en contacto con la naturaleza en un año complicado. “Es hermoso estar así, salir de tanto encierro. Ahora estamos disfrutando de este lugar, que está muy lindo”, dijo.
Los horarios para ingresar al predio, que estaba cerrado desde marzo, son los mismos que en la temporada anterior: de miércoles a domingos, desde las 12 hasta las 20. La gran diferencia es que ahora hay que respetar algunos protocolos, que no son muchos, pero sí necesarios para prevenir la expansión del coronavirus.
En primer lugar, al llegar piden el registro de cada persona para llevar la trazabilidad. Y luego, dentro del lugar, solicitan evitar las reuniones de grupos grandes y compartir bebidas o mates.
“La gente se comporta muy bien con las nuevas medidas, como el distanciamiento social. Es un entorno familiar, muy amable, y tenemos expectativas de que va a ser un año muy lindo y tranquilo”, expresó Federico Pereyra, el jefe del Programa Parques Provinciales de la Secretaría de Medio Ambiente y Parques de San Luis.
Las propuestas y atractivos del embalse también se mantienen intactos: además del agua del Río Quinto y una playa de arena, hay quinchos y pequeñas sombrillas para refugiarse del sol, juegos de plaza, canchas de vóley, un emprendimiento de kayaks e hidropedales, además de una proveeduría. También cuenta con un equipo de guardavidas que se encarga de cuidar a los bañistas. “Buscamos que la gente tome conciencia de que al agua hay que respetarla y tener precaución. En la parte más profunda hay unos cuatro metros, pero para nadar solo se puede pasar hasta el boyado, en donde lo máximo llega hasta el pecho de una persona adulta”, contó Ramiro Cruceño, uno de los profesionales.
Sin embargo, los más de nueve meses que el parque estuvo sin actividad dejaron sus secuelas. Porque el espacio sufrió hechos de vandalismo y tendrán que reponer algunos elementos de la infraestructura. “No hemos tenido seguridad en este tiempo por la pandemia, entonces hay que hacer una puesta en valor de los sanitarios, de la iluminación, y ya se está trabajando en quitar las malezas que crecieron por las pocas lluvias”, señaló Pereyra.