La aceleración en los precios de los alimentos en las últimas semanas tiene un factor principal: la carne. Es un consumo central de la canasta de los argentinos, y los valores en las góndolas y las carnicerías se dispararon, en una dinámica en la que influyen aumentos de costos del sector, cambios en la demanda y el contexto internacional.
Hasta el 20 de noviembre, último dato del Instituto de Promoción de la Carne Vacuna, en promedio los precios del rubro habían subido un 7,4% en el mes. El acumulado de los últimos 12 meses (54%) supera en casi 20 puntos a la inflación promedio que estima el Indec, anclada por congelamientos de tarifas y transporte, entre otros factores.
Por su parte, un relevamiento de la consultora LCG reportó que la carne subió en promedio un 3,1% en la primera semana de diciembre. Según se informe de precios semanal, elaborado a partir de una canasta de 8000 productos online en cinco supermercados, el rubro acumuló un alza del 7% en las últimas cuatro semanas y fue el principal dinamizador de la inflación en el segmento de alimentos.
“En la primera semana de diciembre la inflación semanal de alimentos nos dio 0,9%. Si se midiera alimentos sin este rubro, que es un mero ejercicio teórico, la suba de la semana sería 0,2%. Al ser el consumo de carnes relativamente importante en la canasta de consumo, termina explicando más de la mitad de la inflación de alimentos y bebidas del último mes y medio”, advierte Franco Mastelli, economista de LCG.
En este contexto, en el sector advierten que son múltiples los factores que explican la suba de las últimas semanas, y no prevén una desaceleración de los aumentos en el mediano plazo. Por un lado, inciden las subas de costos por la inflación general, y la aceleración en la devaluación del peso, que encarece el precio interno especialmente de los cortes de exportación.
Sin embargo, el otro elemento que incide en los aumentos de la carne es el alza en los precios del ganado en pie y de los granos con los que se alimenta la hacienda en los feedlots. “En este mundo de caprichos climáticos y mayor demanda de China, subió el precio del maíz. En marzo la tonelada valía $9000 y hoy cuesta $16.000. Sube el precio en dólares y eso también lo encarece en pesos por la devaluación”, explica Juan Eiras, presidente de la Cámara Argentina de Feedlot, en diálogo con LA NACION.
Esta suba, dice el empresario, presiona sobre los costos del sector, que según sus datos es proveedor del 70% del mercado local. A su vez, dice Eiras, esta caída en la rentabilidad genera una menor actividad. “La pérdida del engordador lo hace reponer menos. Si vendo 50, voy reponiendo 40, porque no es negocio”, sostiene. En otras palabras, menor oferta que implica mayores precios.
Además, también subió el valor de la hacienda. “Se convirtió en reserva de valor para el productor agropecuario, para cubrirse de la desvalorización del precio, y ese es el insumo principal para el feedlot“, dice Eiras, quien agrega: “Estamos en un escenario de nuevos precios relativos para que vuelva a ser rentable producir y ajustarse al nuevo escenario. En ese proceso no veo que se vaya a amesetar en el corto plazo”.
En el sector, además, influyen cuestiones vinculadas a la cuarentena. En los primeros meses de aislamiento, la demanda estaba acotada porque parrillas, restaurantes, bares, hoteles y empresas de catering estaban sin funcionar. Ahora, su actividad vuelve poco a poco a normalizarse, y ese consumo antes limitado vuelve a presionar sobre la oferta y los precios, especialmente de los cortes más caros.
Por otra parte, afecta el escenario internacional. Según Rosgan, en la última semana se incrementó un 10% el valor del novillo argentino de exportación, y llegó a los US$3,18 el kilo, el segundo valor más alto detrás del Mercosur detrás de Brasil.
Ante la suba de los precios de la carne y su aceleración sobre fin de año, la reacción del Gobierno fue avanzar en una negociación con los frigoríficos para ofrecer tres cortes -vacío, matambre y asado- a precio más bajo hasta fin de año. Analistas y especialistas del sector, sin embargo, no auguran mayor efectividad del plan, del que aún se desconocen montos, puntos de venta y stock disponible.