La participación alcanzó el 70,4% del padrón, lo que representa más cantidad de votantes que en los comicios de 2019. Todo indica que se repetirá la elección en 60 días.
El Partido Popular (PP), con Alberto Nuñez Feijóo a la cabeza, se impuso este domingo en las elecciones legislativas en España, pero con una leve ventaja sobre el oficialista Partido Socialista Obrero Español (PSOE), que tiene al mando a Pedro Sánchez, actual jefe de Gobierno.
De acuerdo con los datos oficiales el PP obtuvo 136 escaños, contra 122 del PSOE, mientras que Vox, con Santiago Abascal, logró 33, y Sumar, con Yolanda Díaz, alcanzó los 31. De todas maneras, y con estas cifras, a Nuñez Feijóo no le alcanza para formar un nuevo gobierno, ni siquiera uniéndose a Vox.
Los centros de votación se cerraron a las 20 (las 15 en la Argentina), con excepción de las islas Canarias, que tiene un huso horario diferente y donde permanecieron abiertos hasta las 16 hora argentina.
Pese a un intenso calor en medio del verano en Europa, la participación alcanzó el 70,4% del padrón, lo que representa más cantidad de votantes que en los comicios de 2019. Todo teniendo en cuenta que en España, el voto es opcional.
Entre el PP y Vox, con ciertas coincidencias en sus propuestas, tienen 169 escaños en el Congreso, y quedaron a siete de la mayoría absoluta, mientras que el PSOE y Sumar obtuvieron 153, por lo que todo dependería de las alianzas de cara al futuro inmediato del gobierno español.
Con estos números, los encuestadores locales destacaron la buena elección del oficialismo, que había quedado golpeado tras las municipales y autonómicas del 28 de mayo, cuyos resultados obligaron a Sánchez a adelantar para hoy los comicios legislativos.
Motivado por el resultado, Sánchez habló del “fracaso del bloque de derechas”, en su primera intervención, y añadió que “Tenemos más votos y más escaños que hace cuatro años. Había mucha gente preocupada y hoy van a dormir más tranquilos”.
“El bloque involucionista ha fracasado. Son más los españoles que quieren que España avance y así va a seguir siendo”, agregó un eufórico Sánchez.
El Parlamento saliente permitiría que Sánchez pueda repetir su mayoría, aunque necesitaría la abstención de Junts -el partido de Carles Puigdemont-, y hace muy difícil que Feijóo lo logre, porque no tendría el apoyo necesario para ser investido como nuevo jefe de Gobierno.
Por otra parte, y medio de la ola de calor que azota a gran parte de Europa, unos 40 millones de españoles fueron a los colegios electorales a emitir sufragio para definir el futuro del país, aunque también marcó un récord la cantidad de votos emitidos por correo.
El contexto de la elección:
Vox, cuestiona la noción de violencia de género, es escéptico frente al cambio climático, abiertamente antiaborto -como el PP- y rechaza el movimiento LGTBI.
Los comicios llegan en momentos en que España ejerce la presidencia temporal de la UE. Los votantes renovarán el Parlamento, que a su vez elige al Ejecutivo y a su primer ministro.
España tiene una forma de Gobierno parlamentaria, así que ejerce el poder el partido o la alianza de partidos que logre mayoría en el Parlamento, es decir 176 bancas del total de 350.
Por lo general, la agrupación más votada es la primera en tener la oportunidad de formar Gobierno. Si no llegó a los 176 escaños, podrá aliarse con otro partido para hacerlo.
Desde 1982, el PSOE y el PP ocuparon alternativamente el Gobierno de España, con mayoría absoluta o con el apoyo externo de otros grupos políticos menores, y con el otro partido como principal grupo de la oposición.
El bipartidismo comenzó a horadarse en 2013 con la aparición de Podemos y luego en 2014 con la del partido de centroderecha Ciudadanos, y el Gobierno saliente de Sánchez es el primero de coalición desde el retorno a la democracia.
El PSOE y un nuevo movimiento llamado Sumar que incluye a 15 partidos de izquierda esperan poder hacerse con el poder. Sumar es liderado por la vicepresidenta segunda saliente, Yolanda Díaz, la única mujer entre los cuatro principales candidatos.
Como ningún partido llegaría a la mayoría absoluta, las alternativas son, básicamente, otra coalición progresista o una alianza entre la derecha y la extrema derecha.
Abascal dijo que esperaba una “movilización masiva (de votantes) que permita a España cambiar de dirección”. Su partido, Vox, es una escisión del PP surgida en 2013.
Tras las elecciones de mayo, PP y Vox pactaron gobiernos locales y regionales en los que la extrema derecha mantuvo sus posturas más polémicas.
En los días previos a las elecciones, Feijóo dijo que una coalición con Vox “no es lo óptimo”.
Sánchez ha dicho que tal posibilidad sería “un retroceso para España”, con la derecha y la extrema derecha prometiendo revertir buena parte de los logros legislativos de estos últimos años.
Podemos, el socio incómodo de Sánchez desde inicios de 2020, fue absorbido y sustituido este año por Sumar, la formación de Díaz, que es comunista y fue ministra de Trabajo en el Gobierno saliente.
Ciudadanos, que tiene nueve diputados en el Parlamento saliente, está en franco declive, y no presentó candidatos.