Los peloteros en toda la provincia podrán volver a funcionar, ya que el Gobierno de San Luis habilitó la actividad, con el cumplimiento de un protocolo sanitario de por medio. El rubro de los festejos infantiles es uno de los últimos en ser autorizados a reabrir en medio de la pandemia de coronavirus, tras casi once meses de paralización.
Para el jefe del Programa Industria, Agroindustria y Comercio, Paulino Gómez Miranda, “2020 fue un año con muchas dificultades, con algunas actividades que tenían más peligro de contagio. Fuimos ganando experiencia y trabajando para poder llegar a un acuerdo y a un protocolo. Los peloteros ya pueden trabajar y el protocolo está difundido para los distintos comercios que se acercaron”.
El funcionario provincial detalló que uno de los puntos fundamentales que deberán cumplir los propietarios es que cada fiesta tenga una capacidad limitada de hasta veinte niños y veinte adultos. Y los principales protagonistas no podrán usar inflables ni juegos que tengan pelotas en el interior.
Como sucede con otras actividades, los asistentes y empleados deberán usar tapabocas y los dueños deberán disponer de estaciones con alcohol en gel y registro de trazabilidad. A su vez, para el servicio de catering tendrán que respetar normas similares a las de bares y restaurantes, con distanciamiento entre cada participante y el uso único de utensilios por persona. Además, solicitarán la ventilación y limpieza constante de los espacios comunes.
“Vamos a fiscalizar para ajustar lo que se tenga que ajustar e ir trabajando en conjunto con los dueños, con los que tenemos una comunicación fluida. El objetivo es que la sociedad en general se sienta más segura a la hora de pensar en festejar un cumpleaños en un pelotero”, advirtió.
“Hemos tomado parte del protocolo de la ciudad de Mendoza, donde el rubro comenzó a funcionar desde los últimos días de noviembre”, agregó José Morán, propietario de un pelotero de la calle Belgrano, en San Luis capital.
“Fue durísimo, la realidad es que muchos peloteros en San Luis han cerrado sus puertas en forma definitiva y los que quedamos tenemos serias dificultades para abrirlos, porque tenemos mucha deuda. En ningún momento, desde marzo del año pasado, pedimos una ayuda económica, solo queríamos abrir las puertas”, puntualizó.
“Creo que los eventos se van a hacer. La gente siguió haciendo cumpleaños en quinchos, piletas y casas, en forma clandestina. Un cumpleaños con cuarenta personas en un lugar con protocolo es mucho más seguro que un cumpleaños en un quincho sin ningún tipo de seguridad ni prevención”, apuntó el comerciante.
Mario Sosa tiene un pelotero sobre calle Ciudad del Rosario. Los primeros dos meses de cuarentena, el propietario lo eximió del pago del alquiler del local, los siguientes dos, de un 50%, pero a partir del quinto mes debió pagar el alquiler con normalidad. Gracias a un segundo negocio pudo seguir rentando el lugar. La posibilidad de cerrar también le representaba un costo, porque no tenía adónde trasladar todos los juegos y muebles, costosos y grandes, de su comercio.
“Veníamos esperando que el Comité de Crisis nos dejara habilitar hace bastante, porque muchas cosas estaban abiertas, había encuentros por varios lados y no veíamos por qué nosotros no podíamos trabajar también. Pechamos, insistimos hasta que logramos que nos dejen volver”, apuntó Sosa. También tienen que afrontar el pago de tasas municipales, dijo.