Cadena del Interior

viernes 26 julio, 2024

Villa Mercedes: detuvieron a un hombre que le quemó la casa a su expareja

Desde hacía dos años, cuando la mujer terminó la relación, José Paredes amenazaba con matarla. 

Desde 2018, cuando Cintia Gisela Rodríguez le puso punto final a su relación de cinco años con José Ernesto Paredes, el hombre se transformó. Él jamás aceptó la ruptura. Le insistió con volver a estar juntos, pero cuando vio que eso no funcionó, comenzó con las amenazas.

La intimidaba constantemente. La llamaba por teléfono, le enviaba mensajes y hasta iba a su casa. Le decía que la iba a matar, no solo a ella, sino también a sus hijos, una de los cuales es su hija. Pero, por miedo, ella jamás lo denunció.

La tarde del sábado, el hombre cumplió la última de sus amenazas. Fue hasta la casa de la mujer, en el barrio 250 Viviendas de Villa Mercedes, en el preciso instante que ella y sus hijos estaban en una quinta, y le prendió fuego al domicilio, denunció Rodríguez. Los vecinos lo vieron salir del interior de la vivienda en llamas. Contaron que se encendió un cigarrillo, les dijo “voy a llamar a los bomberos”, tomó su bicicleta y no volvió más. Los policías de la Comisaría 36ª lo detuvieron después, cuando los peritos confirmaron que el incendio había sido intencional.

Este lunes, el hombre de 30 años será indagado por el juez de instrucción Penal 2, doctor Leandro Estrada, por el delito de “producción de incendio”.

Hasta el domingo por la noche, los familiares de Rodríguez trataban de limpiar las paredes de la casa calcinada con una hidrolavadora y también ver si podían rescatar alguno de los muebles, que no fueron alcanzados por el fuego pero que sí se habían teñido con el hollín.

Por el momento, la casa 1 de la manzana 782, entre Santa Fe y Besso, es inhabitable, resumió Miguel Coria, cuñado de la víctima. “Le quemó hasta la moto, que era el único medio de movilidad que tenía y que había dejado adentro”, comentó. Tal vez pasen uno o varios meses hasta que la mujer y sus hijos puedan regresar al hogar.

Coria, quien es policía del Comando Radioeléctrico, contó que él y toda la familia se enteraron de la vida bajo amenazas a la que estaba sometida su cuñada recién la noche del sábado, cuando ella fue a denunciar el siniestro. Una vez en la comisaría, se desahogó. “Nos empezó a mostrar los mensajes que tenía guardados. La última amenaza es del 28 de noviembre, en la que le decía ‘si no estás conmigo, voy a hacer algo que no va a tener vuelta atrás'”, recordó el cabo. En la familia, creen que se refería a aquello que concretó el sábado.

Ese día, en la casa de la víctima, no había quedado nadie. A la mañana, la familia se había ido a una quinta con pileta, ubicada a unas 10 cuadras de allí, en Olloqui al 1800. Le festejaban el cumpleaños a la nena más chica de Rodríguez, que también es hija del detenido.

Alrededor de las 18:30, Paredes empezó a llamar a su ex, pero ella no lo atendió. A los minutos, le mandó un mensaje. “Se te quema la casa”, le decía. En eso que lo leía, un vecino la llamó y le avisó que su vivienda se incendiaba.

Cuando la mujer y sus familiares llegaron al domicilio, los bomberos de El Fortín sofocaban las llamas.

Después, los vecinos le contaron que cuando advirtieron que había fuego tuvieron que derribar la puerta, porque pensaron que sus hijos estaban adentro.

Al hacerlo, un hombre salió del interior, sacudiéndose un brazo que, al parecer, se había quemado. Todo eso quedó registrado en una serie de videos que los vecinos filmaron. Cuando la víctima vio las capturas reconoció, de inmediato, que quien salía de la morada era su ex.

Presumen que Paredes entró a la vivienda, luego de violentar las rejas de la ventana del patio trasero. Esa ventana es la del comedor. Una vez dentro, prendió fuego el sofá y, luego, fue hasta la habitación de su ex y le encendió el colchón. Pero cuando se dirigió nuevamente hacia la ventana por la que había entrado, las flamas que carcomían el sillón le taparon esa salida y empezó, con desesperación, a tratar de apagar el fuego, que se apoderaba del dormitorio. En eso llegaron los vecinos. Irónicamente, lo salvaron del fuego que había comenzado.

Cuando el hijo más grande de Rodríguez vio lo que había pasado, se desmayó cuatro veces. Ellos habían dejado a sus tres perros en el patio, para que no ensuciaran la vivienda, pero Paredes los hizo entrar: uno murió calcinado sobre un sillón y las otras dos, una perra y su cría recién  nacida, asfixiadas.

“Esto me pasa por no hacer la denuncia antes, me encerré en lo mío y así me fue”, comentó resignada Rodríguez, asumiendo una culpa que no le pertenece. En el siniestro perdió todo lo material dentro de su casa, hasta la moto que usaba para llevar a sus hijos. Cintia contó que desde la Secretaría de la Mujer la contactaron para ayudarla.

“No lo denunciaba por miedo, siempre tuve miedo”, aceptó entre lágrimas, al creer en su cambio de temperamento. “Él se tranquilizaba, cuando veía que se ponía bien, venía, pero pasaba lo mismo y yo no hacía nada”, dijo la víctima.