Monseñor Gabriel Barba encabezó la celebración por el Día de la Inmaculada Concepción en la Catedral de la ciudad de San Luis.
En la tradicional celebración, monseñor Gabriel Barba volvió a abordar el proyecto que prontamente será tratado en la Cámara de Diputados. “No tengan temor a jugarse”, sostuvo.
Este martes, monseñor Gabriel Barba estuvo al frente de la celebración de la Solemnidad de la Inmaculada Concepción de María Santísima que se llevó a cabo en la Iglesia Catedral de la ciudad de San Luis.
En la antesala del inicio del debate del proyecto propuesto por el Gobierno de Alberto Fernández para legalizar y despenalizar la interrupción del embarazo, envió un nuevo mensaje a los legisladores. Dedicó al tema que será tratado el jueves un pasaje de la homilía.
Aseguró que “se está debatiendo la vida y la muerte en nuestra nación, tristemente, discutiendo una ley que rompería una tradición en la que nunca hubo una ley que permita matar”.
En este sentido se dirigió nuevamente a los diputados y senadores nacionales: “Vamos a encomendar especialmente a nuestra madre toda la patria para que nos ilumine la mente y fortalezca el corazón de los legisladores, para que no tengan miedo a jugarse, para que no tengan miedo a votar por la vida, aunque se pague un precio”.
En otro tramo, trazó una comparación con la vida de la Virgen María y afirmó que ella “se ponía en riesgo de muerte” luego de la aparición del espíritu santo y quedar embarazada de Jesús.
“Podía ser apedreada estando embarazada y soltera. Definirnos en la vida siempre es pagar un precio, pero Dios nos hace pagar el precio de la salvación, de la dignidad”, sostuvo.
“Que la luz del espíritu santo los ilumine y defiendan cada hermano, hermana de nuestro país, especialmente los más pequeños, más débiles”, cerró.
La celebración se inició a las 11 y culminó cerca de las 12:15 y en esta oportunidad no se realizó la tradicional procesión por la pandemia del coronavirus.
En el medio, la asistencia de los feligreses se vio reducida y condicionada por los protocolos sanitarios. Con tapabocas y luego de llenar la planilla de trazabilidad, participaron de la misa. A la hora de la eucaristía podían optar en recibirla en la boca o en la mano.
Además, un grupo de jóvenes tomaron la comunión y otros accedieron al sacramento de la confirmación. Se trata de la primera celebración de este tipo que oficia Barba en la Catedral.
“Es muy evidente y muy fuerte la fe del pueblo de San Luis hacia la presencia de María”, valoró.
Barba se detuvo en la devoción de los católicos sanluiseños con la virgen y aseguró que se trata de “un tesoro que hay que mantener, sostener y multiplicar con otros”.
“Vamos a pedir a Dios que renueve nuestra fe. No hace mucho tiempo que tengo la gracia de estar en San Luis y sentirme profundamente puntano. Parte de la historia, parte de este pueblo es la fe a María”, agregó.
Por otra parte, manifestó el deseo de que la pandemia “pase pronto para luego recuperar la normalidad tan deseada”: “Esperemos tener esa libertad sin peligro de contagios para manifestarnos, para expresar nuestra fe, sobre todo para la celebración litúrgicas”.
Seguidamente, se lamentó la suspensión de la procesión de este año. “Deseamos volver pronto a estas prácticas tan sentidas y tan importantes”, señaló.
“Estas fechas son claves en nuestras vidas porque nos acompañan desde pequeños, nos retrotrae a nuestra primera infancia, yendo a misa de la mano de la madre, con un jazmín en la otra mano, regalándole flores a María. María desde el inicio dijo “sí”, abrió las puertas del misterio de Dios para que se cumpliera con plenitud el cometido. El “sí” hizo que el hijo de Dios se hiciera hombre”, aseveró.