Esto se le escuchó manifestar a una de las apoderadas del Partido Justicialista de San Luis, Ángela Gutiérrez de Gatto, mientras esperaba, en uno de los pasillos de la Municipalidad de Villa Mercedes, al intendente Maximiliano Frontera para notificarlo de la suspensión como afiliado por inconducta partidaria defendiendo la fractura del bloque del PJ en Diputados y el transfuguismo de ocho legisladores, lo que permitió que el gobierno poggista impusiera un paquete de medidas “que determinan políticas que tienen como fin el desguace de la Provincia hipotecando de manera irresponsable el futuro de miles de puntanos”.
El martes, bien temprano, la apoderada se trasladó a la ciudad de la Calle Angosta para entregarle personalmente al dirigente del Departamento Pedernera la resolución del Tribunal de Disciplina.
Durante el fin de semana Gutiérrez de Gatto había sido advertida que Frontera estaba diciendo en declaraciones periodísticas, a modo de queja, que aún no había sido notificado de la sanción. Por ese motivo y para no dar lugar a ningún tipo de especulaciones, el lunes viajó a Villa Mercedes con esa finalidad. Sin embargo, al llegar se encontró con la novedad que el jefe Comunal había viajado a San Luis a una reunión de intendentes en Terrazas del Portezuelo.
Para no dilatar más los tiempos y cumplir con el paso legal, el martes temprano partió otra vez a Villa Mercedes y durante el viaje le avisaron que en una entrevista radial Frontera insistía: “Me han suspendido, pero aún no sé los motivos”.
Entonces, apenas llegó se dirigió al despacho del Palacio Municipal y, una vez más, se encontró con que el intendente no estaba.
“De acá no me muevo hasta notificarlo”
Testigos de la presencia de la apoderada del PJ en el Municipio cuentan que como nadie le daba precisiones sobre el horario en que iba a regresar (le dieron a entender que iba a ser cerca de las 13:30 cuando terminara una agenda de entrevistas) Gutiérrez de Gatto les respondió de manera contundente: “Ayer vine a notificarlo y no pude. Y, hoy vengo especialmente para hacerlo, por eso estoy dispuesta a esperar las horas que sean necesarias así se notifica y deja de quejarse en los medios que no sabe porque está suspendido”.
Felizmente para Gutiérrez de Gatto la espera no fue eterna. A los 5 minutos salió una de las funcionarias y le comunicó que el intendente ya estaba en camino para recibirla.
A las 09:15 del martes 20 de agosto, Maximiliano Frontera firmó la notificación sobre la suspensión de su afiliación.
Un segundo trámite
A las 10:15, Ángela Gutiérrez de Gatto junto al otro apoderado, Emilio Groezinger, habían emprendido el regreso a la ciudad de San Luis y al llegar se dirigieron directamente a la Cámara de Diputados donde notificaron a los ocho legisladores camaleónicos de su expulsión del PJ. “No me la hagan difícil y notifíquense”, les pidió Gutiérrez de Gatto.
Nicolás González Ferro, Cristian Gurruchaga, Oscar “Paco” Macías (Ayacucho), Aida López (Ayacucho), Ana Dolly Glellel (Ayacucho), Humberto Farías (Pueyrredón), Graciela Edith Muñoz (Dupuy) y Carlos Altamiranda (Dupuy) fueron echados del Partido Justicialista por “una conducta reprochable contraria a los principios y banderas que enarbola el Partido Justicialista”.
El lote de expulsados se eleva a nueve con la sanción impuesta con anterioridad a Alberto Leyes (Belgrano), que fue uno de los primeros en cambiar de bando: quién se definía como ‘un peronista hasta el tuétano’ de un salto pasó a militar en la coalición que nuclea al poggismo, a Todos Unidos, radicales, Libres del Sur y demócratas liberales, entre otras fuerzas.
Todos estos legisladores avalaron las medidas de brutal ajuste salarial y persecutorias en contra de los trabajadores estatales. En distintos sectores se mira con atención qué sucederá con dos senadores (Diego y Juan Carlos García) que traicionaron al PJ y le dieron mayoría al poggismo y aliados.