También se preocupan por el hundimiento de la vía donde hay un hueco, ya que generó grietas en las paredes. La Municipalidad de VM no responde a sus reclamos.
Mucho cartel, poco arreglo. Los vecinos aseguran que siempre ponen avisos de “peligro”, pero no lo resuelven.
El deterioro de las calles de Villa Mercedes preocupa a los vecinos del barrio Güemes que hace más de dos años reclaman el arreglo de un pozo profundo que contiene agua y que está ubicado en la intersección de Suipacha y avenida Pringles. Si bien está tapado provisoriamente con una chapa, y hace unos días la Municipalidad colocó un cartel de “peligro”, aseguran que siempre ponen esos avisos, pero que nunca solucionaron el problema de raíz.
Dos jóvenes que no quisieron develar sus nombres y que viven en la misma calle donde está el hueco, pero en otra esquina, manifestaron que les preocupa la situación porque es una vía muy transitada y puede provocar accidentes.
“Realmente es un peligro ese pozo, el año pasado una noche que hacía mucho frío se cayó un perro y no podía salir del agua, yo lo saqué, pero realmente no sé si sobrevivió”, relató con angustia Carla, una vecina que vive sobre Suipacha a pocos metros del cráter.
La mujer y su madre Norma, quien vive al frente de su hija, contaron que no saben bien de dónde proviene el agua, pero aseguraron que se han cansado de llamar a la Municipalidad y a Obras Sanitarias para que les solucionen el problema, pero manifestaron que desde una entidad le dicen que es responsabilidad de la otra y ninguna se hace cargo de resolver la situación.
“Los días que llueve, estas calles se convierten realmente en un río, y si pasa gente o autos que no saben que está el pozo, directamente se lo llevan puesto. Porque por más que pongan el cartel, dura muy poco, la gente se lo roba o los vehículos lo atropellan”, expresó Carla.
Otra de las preocupaciones que tienen en el barrio es que esa misma arteria donde está el hueco, se está hundiendo y provocando la rotura de la pared de su casa.
“Hay una rajadura al lado de mi medidor de gas, la verdad es que es muy peligroso porque si se quiebra del todo no sé qué puede pasar. Tengo miedo de que algún día se rompa por completo donde está el gas y explote”, manifestó con inquietud.
Hay camiones que doblan todos los días por el lugar y los vecinos creen que por eso la calle está cada vez más hundida.
Al igual que Carla, los jóvenes expresaron su intranquilidad por el notorio hundimiento de la arteria y las grietas que generó en las casas de la esquina de Suipacha y Pringles.
“Cada vez que pasa un camión, se siente el cimbronazo por toda mi casa. La verdad es que vivo con el corazón en la boca todo el tiempo, porque no sé en qué momento se va a hundir del todo la calle y va a derrumbar mi casa y la de mi vecino, ya que estamos en la esquina más comprometida”, concluyó Carla.
Preocupación. La dueña de la casa donde está la grieta manifestó su temor a que se agrande y explote el gas.