Como en un pozo que pareciera no tener fondo. Idéntico a una película de suspenso donde nunca llega la salida o el desenlace feliz. Así resisten por ahora cientos de comerciantes de San Luis al complicadísimo panorama económico que vive la provincia. La crisis interminable quedó visible en las vísperas del último Día del Padre, donde las ventas volvieron a reflejar una estrepitosa caída. Una más. Otra. Esta vez el registro alcanzó el 12 por ciento menos respecto a las transacciones comerciales de 2023 que, miradas bajo el contexto inflacionario interanual, son más alarmantes. Así lo revelaron los cálculos que hicieron dirigentes puntanos de la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME) San Luis.
Un factor clave que revela el bajo poder adquisitivo que hoy tienen los sanluiseños radica en el valor promedio de compra que hicieron de cara al Día del Padre pasado. Esta vez, el ticket no superó los $31.500.
“Las ventas siguen en caída libre. Si bien hubo cierto movimiento comercial, cada vez la gente consume o compra menos. La caída fuerte de las ventas comenzó desde el año pasado respecto a 2022. Lo único que repuntó, en el interanual para el Día del Padre, fue la indumentaria, pero es un rubro cuya base de cálculo es muy baja. Ya venían muy bajas las ventas, entonces la suba experimentada ahora es poca, ya que el año pasado fue mucho peor. Nosotros, dialogando con nuestros comerciantes, calculamos una merma del 12 por ciento respecto al año pasado, que había sido bajo. Si bien a nivel nacional el porcentual pisó el 10 por ciento, siempre San Luis es un par de puntos más alto”, señaló el presidente de la Cámara de Comercio, Industria y Producción de San Luis, Emmanuel López.
“El ticket de compra promedio, a nivel nacional, fue de 31.500 pesos. Si bien se duplicó respecto al año pasado, tomando en cuenta la inflación, queda claro que la gente consumió mucho menos, lamentablemente. Quedó en evidencia que buscó regalos menos costosos”, añadió el dirigente.
En torno a las formas de pago utilizadas por los clientes, el efectivo casi quedó descartado. Las billeteras virtuales fueron protagonistas, pero, dada la crisis reinante, las tarjetas de crédito y débito, aprovechando descuentos y promociones, fueron el sistema elegido por la gente al momento de pasar por la caja de los comercios.
“Muchos aprovecharon los reintegros que ofrecieron los bancos con los que opera la gente o las cuotas sin interés en el caso de las tarjetas de crédito. Pero el panorama sigue siendo preocupante”, explicó López.
“El gobierno nacional dice que frenó la inflación. Es cierto. Pero a costa de una caída enorme del consumo. Tendrán que ocuparse de estabilizar el sistema”, destacó el directivo puntano.